4 ene 2010

Necesidades nuestras de cada día

El desarrollo de las necesidades está íntimamente ligado a las demandas que tuvimos cuando niños y que generalmente no fueron atendidas debidamente, no es la única causa posible ya que una necesidad también puede ser desarrollada en la adultez, generada por el entorno actual del individuo, de hecho solemos generar necesidades constantemente en función de la forma en que vivimos. Pero me gustaría abordar las necesidades emocionales, éstas que crean angustias y malestar por no alcanzarlas, las que nos hace obsesionar por alguien o algo, llevándonos a perder nuestra esencia para transformarnos en fantoches guiados por emociones distorsionadas. Algunos tipos de necesidades que nos puede afectar a todos en algún momento.

1. La necesidad de llenar el vacío, fruto de la soledad prolongada.
2. La necesidad de amar y ser amado o como menos querido.
3. La necesidad del tacto, del contacto profundo emotivo y sin compromiso sexual, y el contacto íntimo con todo lo que ello comporta.
4. La necesidad de compartir la intimidad de forma abierta y sin miramientos, el sentirse escuchado y comprendido.
5. La necesidad de ser necesitado, de ser importante para una o más personas.
6. La necesidad de creer en alguien y de que te retribuya la confianza.
7. La necesidad de poseer bienes materiales, por tener una sensación de seguridad.


En su justa medida no son ni buenas ni malas, solo son necesidades que demandan atención. Las necesidades ocupan niveles de prioridades, si permites que una necesidad tome
las riendas de tu vida, poco te quedara por controlar, ya que hay necesidades que nos ciegan y nos condicionan. Cuando una necesidad no es realizable a corto plazo y el individuo no puede canalizarla hacia otras actividades genera una frustración creciente y es cuando en el afán de no sentirse angustiado o ansioso empieza a buscar desesperadamente la satisfacción inmediata dando lugar a malas elecciones y equivocaciones, en algunos casos reversibles (si se toma consciencia a tiempo) en otros irreversibles a largo plazo (creando relaciones de dependencia y masoquismo) hasta que la situación se hace insostenible. La repetición del mismo patrón de relaciones una y otra vez acaba llevando a que la persona se dé cuenta de que algo falla y toma así consciencia del problema, ahí es cuando puede intentar reverter su rol o guión de necesidades.

Cualquiera de las necesidades anteriores llevadas al extremo puede confundirse con una finalidad de vida, pudiendo tener desenlaces bastantes desagradables si el individuo no se da cuenta a tiempo. Veamos algunos de los desenlaces que puede tener cada necesidad, teniendo en cuenta que puede variar en función del mundo interior de cada individuo.

Los 7.s
7.1. La necesidad de llenar el vacío, nos enseña que lo que nos falta en nuestra vida sólo la podemos llenar nosotros mismos, es importante saber estar solo y disfrutar de estes momentos, nos pasa a todos que tengamos días que se hacen demasiado largos o que nos encontramos en una soledad no buscada, caso contrario lo que haremos es estar buscando insistentemente una compañía cualquiera o una distracción infructífera para no estar solos con nosotros mismos y responsabilizarnos de nuestra supuesta infelicidad.

7.2. Amar y ser amado, esta es una necesidad general y aceptable, todos queremos amar y sermos amados, pero existe el peligro de creer que una vez encontrada la persona ideal todos los problemas personales se solucionarán, es típico de personas que no se responsabilizan por su felicidad y creen fielmente que el otro es la fuente de toda felicidad, concepción equivocada que le llevará a una decepción tras otra.

7.3. La necesidad de tener y mantener un contacto sin connotaciones sexuales (abrazos y besos cariñosos y desinteresados) es saludable y satisfactorio y la imposibilidad de obtenerlo de forma natural e incondicional puede hacer que nos sintamos desplazados y no queridos, estos sentimientos acaban por llevarnos, de forma inconsciente, a buscar relaciones “parches” que consiste en mantener un intercambio emocional-sexual a cambio de cariño y atención, al principio puede parecer un intercambio justo, pero a la larga podemos sentirnos utilizados ya que este tipo de relación suelen atraer personas que perciben y se aprovechan de nuestras carencia afectiva, creando un vínculo de dependencia.

7.4. La necesidad relacionada con la comunicación de nuestras intimidades, mezclada con la ansiedad de compartir y mal canalizadas nos puede transformar en perfectos “pesados” y demandantes de atención, contándoselo todo a todos y cualquiera que se nos cruce por delante, como se puede entender no nos es saludable ni conveniente. Además con esta actitud lo que conseguiremos será justo lo contrario, que no nos quieran ni ver, ni compartir ni comprender.

7.5. La necesidad de sentirnos importantes está intrínsecamente ligada a la necesidad de aceptación, con que el sentirse importante y necesitado nos equivale a sermos llevado en cuenta. Así que cuando eso no sucede o bien quedamos con nuestro orgullo herido por la baja autoestima o bien pasamos a controlar a los más cercanos haciéndonos imprescindibles manipulando para que los demás siempre nos necesiten.

7.6. La necesidad de confiar y que se fíen de nosotros, también tiene que ver con la anterior, es un factor de aceptación, pero al contrario de la anterior es una cuestión de actitud, de forma que la hay o no la hay, así que cada cual tiene que ganársela practicándola. En un extremo sería la total falta de confianza o la excesiva confianza hacia los demás, lo que solo nos traería inconvenientes.

7.7. La necesidad de cobijo es una necesidad real e indiscutible, todos necesitamos una cueva, un techo, un lugar que nos proteja de la intemperie y de las miradas ajenas, pero convertir la posesión de bienes materiales como necesidad prioritaria no es demasiado sano, ya que esto conlleva a trabajo y más trabajo, si lo que buscas es la seguridad ten en cuenta que aunque tengas diez casas si pasa un tsunami te las llevarás todas, si busca riquezas piensa en lo que tienes en tu interior, pues seguramente algo te falta ahí para que quieras juntar riquezas exteriores, quizás habría que buscar qué te hace falta para sentirte seguro independiente de lo que posees. El tener posesiones no te hará más feliz, no eres lo que tienes.


Conoce tus necesidades en ellas reside la clave de tus constantes elecciones erróneas repetitivas.

¡Y recuerda, que tengas un Feliz 2010!

Alessandra Pedroso.

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